La deshidratación se produce cuando nuestro cuerpo utiliza o pierde más líquido del que ingiere, por lo que no tiene suficiente agua para realizar sus funciones. Como regla general, debemos hidratar nuestro cuerpo y tomar agua cuando tenemos sed.
Pero si estamos en verano, hacemos actividades bajo el calor, tenemos diarrea o realizamos deporte de forma intensa, necesitaremos más que agua o líquidos para hidratar el organismo. Aquí te contamos más sobre las causas y tipos de deshidratación para que puedas evitarlos.
¿Cuáles son las causas de la deshidratación?
Las causas que la provocan y los factores que influyen pueden ser de diverso tipo. En general, son los siguientes:
- La realización de ejercicio intenso con altas temperaturas y sin tomar precauciones para hidratar el cuerpo.
- Las enfermedades que producen fiebre, ya que se pierde agua debido a la sudoración y a la respiración.
- El consumo excesivo de sal y de alimentos que contengan sales minerales puede contribuir a la deshidratación.
- Enfermedades como la diabetes.
- El uso de diuréticos.
- La deshidratación por gastroenteritis o debida a una diarrea o a vómitos, consecuencia de un problema estomacal o de una alergia alimentaria.
- La escasa ingesta de líquidos.
- La exposición excesiva al sol en verano durante las horas de más calor.
Tipos de deshidratación
Podemos distinguir tres tipos de deshidratación en función de la velocidad con la que se ha producido la pérdida de agua y de la proporción de líquido y de electrolitos que ha ocurrido.
- Deshidratación rápida. En la que los síntomas pueden llegar a ser más graves y la pérdida de agua muy rápida también.
- Deshidratación lenta. Se produce cuando la pérdida de agua es gradual y nuestro organismo reacciona mejor. Tiene más tiempo para poner en marcha acciones para compensar la deshidratación.
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