Si de adultos la diarrea es molesta e incómoda, de bebés además es peligrosa porque puede conducir muy rápidamente a la deshidratación del pequeño cuerpecito. Pero si eres una mamá primeriza, al principio puede que te cueste un poco más identificar si esa deposición suave se trata de diarrea o no. Si tu bebé es muy pequeñito, sus heces son por lo general suaves y de poca consistencia y hasta los dos meses las hará con bastante frecuencia. Poco a poco, aprenderás qué es normal en tu hijo y a notar las diferencias tanto en sus hábitos de dormir y comer, como los de evacuar.
¿Cómo identificar las señales de deshidratación?
- El corazón late más rápidamente que de costumbre
- La boca, la lengua y los labios se sienten secos
- Cuando llora, no le brotan lágrimas
- Menos pañales mojados que lo habitual (pasa 3 horas o más sin orinar)
- Se muestra menos activo que de costumbre
Estos son los síntomas de una deshidratación ligera. Si las diarreas (y/o vómitos) continúan puede pasar a moderada y severa. Entonces empezarás a notar estas señales:
- La piel pierde elasticidad (si la hundes con el dedo no regresa rápidamente a su forma original)
- El bebé se muestra aletargado e irritable
- Se le hunden los ojos y la fontanela (que es el punto blando en la parte superior de la cabecita del bebé), también se ve hundida
- Pasa más de 8 horas sin orinar
Frente a estos síntomas, te recomendamos acudir rápidamente a tu pediatra de confianza o al centro médico más cercano.